10 consejos para mejorar nuestra estética celular

MEDICINA ESTÉTICA CELULAR

¿Que os parece éste concepto?

¿Por qué no vamos por un momento más allá de lo que vemos y sentimos? Claro que somos nuestra belleza exterior, calidad de la piel, bonitas proporciones y también nuestra actitud saludable, joven, creativa. En definitiva, somos la felicidad que está en el campo de la verdad, de la belleza y del amor.

Os propongo que viajemos mentalmente a través de los entresijos de nuestro cuerpo como si estuviéramos en un sueño y nos paráramos a observar a una de nuestras perfectas células. Tenemos trillones para elegir a una; cualquiera de ellas.

A un glóbulo blanco que tiene sensibilidad y se emociona, y que cuando se siente débil por la tristeza o el miedo, deja pasar a otros elementos ajenos a nuestro cuerpo apareciendo alergias, infecciones o enfermedades autoinmunes.

Podemos elegir a una célula cardiaca que también tiene emociones y que cuando se excita late más deprisa.

Podemos elegir a una célula del estómago que, si tiene ansiedad, se producen una cascada de acontecimientos que desembocan en la sensación de “un pellizco en la barriga”.

Podemos observar a un elegante espermatozoide danzando con chistera, bastón en su mano y una larga cola negra de su frac para conquistar a la infranqueable virginidad del óvulo. También necesita la fertilidad de una saludable actitud de nuestra persona.

Existe un mundo más allá de lo que vemos. Cada célula es una réplica holográfica de nuestro cuerpo entero. Una sonrisa en nuestros labios se transmite a una sonrisa universal de todas nuestras células.

Si estamos enamorados, nuestras células vibran de amor y experimentan sanación.

Sintámonos importantes cada uno de nosotros y recordemos que todos nuestros pensamientos, actitudes, deseos, peticiones, lo que comemos cada día, lo que hacemos, decimos y sentimos repercute en nuestro todo.

Nosotros somos creadores y destructores. Nosotros damos luz u oscuridad, alegría o tristeza a cada una de nuestras células, que son la unidad de vida.

Podemos elegir cuidar a nuestro maravilloso y perfecto templo que no es más que energía y pensamiento.

Propongo diez tratamientos:

El primero es una sonrisa, practícalo cada día al levantarte de la cama. Es un tratamiento que ningún terapeuta os podrá administrar jamás porque se trata de activar la mejor fábrica de medicamentos que todos tenemos adentro.

Lo haremos agradeciendo a DIOS nuestra perfección que nos llevará con una enorme sonrisa a mirar la luz del dorado sol y emitiremos el deseo “¡¡¡Gracias, quiero ser feliz y disfrutar de mi cuerpo ahora!!!!”

Tras tu orden sentirás cómo liberas los neurotransmisores de la felicidad que percibirán al unísono cada una de los trillones de células de tu cuerpo.

El aire entrará en los pulmones con velocidad, acabarás suspirando de emoción y esa emoción se transmite en milésimas de segundo por todo el organismo como se mueve a la perfección un inmenso bando de aves que vuelan con una sincronicidad inexplicable.

Esa energía de sanación inundará todo tu cuerpo y el de las personas que estén contigo que se alegraran de verte sonreír.