PIDE UN DESEO Y SIGUE SOÑANDO…

Seguimos escribiendo sobre el concepto que en el artículo anterior llamábamos estética celular, en el que proponemos trabajar sobre uno mismo la sonrisa, el agradecimiento y la felicidad consiguiendo mejor función del cuerpo y de la mente.

En ésta ocasión planteamos en proyectar, compartir esa energía creativa, la felicidad y en definitiva el amor con los demás. En éstas reflexiones sobre el concepto de estética, bien circunscrita a niveles corporales visibles o bien a niveles sutiles que no perciben nuestros cinco sentidos, pero sí que se experimentan como belleza, felicidad y alegría, que inundan hasta la última célula del organismo.

Eso es lo que sentí en el momento que revisé el resultado de ésta paciente en cuestión después de una semana de practicarle una Rinomodelación secundaria a varias cirugías que le realizaron hace años y que la mantenía descontenta y acomplejada por la forma de su nariz.

Alrededor de su exultante sonrisa había un halo de luz indescriptible por todo su ser que me inundó del gozo que hoy comparto con vosotros.

Todo comenzó hace unos días alrededor de la poderosa luna creciente de Mayo, cuando vi en sus ojos no demasiada felicidad y una actitud distanciada.

Le solté: – anda pídeme un deseo, y me contestó: “quiero que le devuelvas a mi nariz una forma más natural después de tantas cirugías, pero me aterra el resultado y me han dicho que es una intervención peligrosa debido a tantas operaciones anteriores”.

Yo le respondí: hecho!!!!!, porque conozco el truco; PIDE Y OBTENDRÁS…., LLAMA A LA PUERTA Y ENTRA…

 Y así ocurrió. De forma inmediata. Sin sensación desagradable, escuchando música importante para un momento tan importante, rodeada de caras con expresiones sonrientes y como por arte de magia … se hizo el milagro y tras mirarse a través de dos espejos con un ángulo de noventa grados, WAHE GURÚ!!!!

Apareció la nariz soñada. Tal fue el agradecimiento de ésta persona que me autorizó para mostrar el resultado y pregonar a los cuatro vientos que no tengamos miedo, que cuando la intención es buena para uno mismo y el resto de la humanidad todo es posible. Es una cuestión de fe de que toda la creación está hecha de lo mismo que es energía y pensamiento y tenemos el poder de crear armonía. TODOS.

Estamos en ese momento de compartir. En éste caso mi paciente me da su confianza, su felicidad, su agradecimiento y da sentido a mi vida. Y yo le doy mi espacio y tiempo, mis años y esfuerzo para mi formación profesional y le doy con amor mi energía y pensamiento creador pero lo más importante es que en realidad me lo doy a mí mismo. Lo que hacemos por los demás lo hacemos en uno mismo. SOMOS UNO.

Este concepto de UNIDAD con muchos miles de años de antigüedad se materializa según la cultura Maya en éste 24 de Mayo. Pues al compartir con el otro realmente nos estamos dando a nosotros mismos. Dar y recibir. Nos complementamos al compartir nuestros dones. Cada uno tiene algo que puede dar mejor que nadie en el mundo. Demos sin miedo y recibamos sin apuros. Demos al otro la oportunidad de darnos y que el otro nos dé la oportunidad de darle.

Nadie es más que el otro ni ningún otro es más que nosotros. Todos somos la totalidad y por eso expresamos en instantes amor y odio, felicidad y dolor, frío y calor o generosidad y también egoísmo porque somos completos.

Entendámonos a nosotros mismos y a nuestra infinita dimensión y toleremos en los demás también su totalidad. Entendamos con compasión cualquier actitud, palabra o reacción del otro.

Os cuento algo más técnicamente lo que hice a ésta paciente que acabó siendo una bellísima experiencia de felicidad plena.

Para una rinomodelación comenzamos limpiando y desinfectando la piel y aplicamos frío local unos minutos para producir analgesia y vasoconstricción para evitar sensación de dolor y hematoma.

A continuación, inyecto una molécula natural que hay en el organismo que se llama ácido hialurónico, en la dermis profunda perpendicular a la piel para hacer un puntal que sostiene la piel superficial creando una nueva línea recta en vez de la curva cóncava que existía antes ya que la paciente no tenía hueso nasal ni cartílago alar suficientes.

También se corrige el exceso de ángulo columelo labial, es decir nariz respingona. Utilizamos unas partículas suficientemente grandes de ácido hialurónico para que el efecto dure algo más de un año necesitando repetir entonces la intervención creando asimismo otro estímulo para que la paciente fabrique su propio colágeno inducido por el ácido hialurónico.

Es decir, además de corregir el defecto en el acto la paciente en tres o cuatro sesiones habrá fabricado su propia nariz con colágeno creado por ella misma.